Trabajo Real y Trabajo Online

Ayer terminamos nuestra primera experiencia conjunta en un ‘Workaway’.

Para quien no lo sepa, Workaway es una web en la que puedes encontrar lugares en los que trabajar unas horas al día a cambio de alojamiento y comida.

Suele estar genial para:

• Ahorrarte un dinero
• Aprender nuevas formas de trabajo
• Conocer personas

Obviamente, no te van a meter en una oficina de una gran empresa ni vas a realizar ningún trabajo para el que no estés cualificado. Suelen ser pequeños negocios locales, hostales o fincas ecológicas que necesitan ayuda de forma puntual y que tienen espacio de sobra para alojar a las personas que llegan.

En nuestro caso, por pura casualidad acabamos en Wayúu, una finca ecológica situada en un pueblecito de 450 personas llamado Dzoyaxché, al sur de la ciudad de Mérida, en Yucatán.

Hemos estado dos semanas allí, trabajando 4 horas al día por las mañanas entre semana, de 9.30 a 13.30h y la verdad es que ha sido una experiencia súper interesante.

Nada más llegar, ya queríamos irnos: el lavabo de nuestra habitación estaba estropeado y soltaba agua continuamente en el piso, no había toallas, llovía bastante y no había ningún supermercado cercano para comprar la comida necesaria.

Hoy, dos semanas después, me da una pena enorme el saber que mañana ya nos iremos de aquí.

Me ha ocurrido varias veces al viajar sin planes: llegar a un lugar en el que, de primeras, parece que no vas a estar cómodo o que no te gusta y que luego te engancha más que cualquier otro.

Thais y Uli son la pareja que gestiona este lugar. Ella es Venezolana y él Alemán, pero llevan tanto tiempo en el país que ya parecen Mexicanos casi al 100%. Ellos nos enseñaron cosillas super interesantes y entretenidas sobre bioconstrucción, carpintería y jardinería, aparte de cocinarnos comida riquísima.

En lo personal, el trabajar ensuciándome, cansándome y bajo el solaco que hace aquí, me ha ayudado mucho a valorar el trabajo que tengo. Hace 7 años aproximadamente, monté un negocio online y por suerte ha ido casi siempre muy bien, por lo que en todo este tiempo nunca he tenido que volver a trabajar para nadie.

Pero, como todo en la vida, uno acaba acostumbrándose y dándolo por sentado, olvidándose poco a poco de lo que significaba el trabajar de otras maneras.

El trabajo es, para la gran mayoría de la población, el gasto de tiempo más grande que tienen en su semana, junto con el dormir. Por tanto podemos decir que es algo importante. No diría que en mi caso ha sido una obsesión, pero quizá la ha rayado: sí es algo que cubre gran parte de mi gasto mental diario y mis preocupaciones.

Antes de empezar este viaje, no sabía cómo podría gestionar el trabajo online con el no tener una rutina fija y la verdad es que no está siendo fácil.

Trabajar en un aeropuerto, en una cafeteria o utilizando una plancha como mesa no son mi ideal de oficina preferida. Muchas veces no encuentro el tiempo, la concentración o la comodidad necesarias. Y todo ello hace que valore mucho lo que tengo en España y me hace tomar conciencia de la cantidad de veces que me he quejado anteriormente sin necesidad de mi profesión, de cómo evolucionaba el negocio o las veces que he perdido el tiempo con distacciones superfluas.

Me gusta escribir sobre mis miedos, porque es una manera de enfrentarme cara a cara a ellos. Y cada vez soy más consciente de que mi rayante obsesión con el éxito profesional -sobretodo en términos monetarios- solamente viene del miedo a no tener suficiente, del miedo más oculto a que me falten un día el techo y la comida, del miedo a dejar de ser libre de poder hacer lo que me da la gana, del miedo a compararme con otras personas conocidas y no llegar a su altura… todas esas inseguridades y creencias que siguen en mi interior.

Es por eso, entre otras muchas cosas, por lo que me ha encantado la experiencia en Wayúu y por lo que me está gustando el reto de trabajar ahí donde puedo y como puedo, por ayudarme a ver esos miedos con un poco más de claridad.

Y por poder decir que he sido muy feliz estas dos semanas yendo en bici por un pueblecito perdido de México.